viernes, 19 de abril de 2013

los buenos argumentos no se pueden rebatir


¡Qué importante es saber argumentar!   

Una empleada doméstica pidió aumento de sueldo. 
A la señora no le sentó muy bien la solicitud, así que le preguntó: 
- María, ¿por qué crees que mereces que te aumente el sueldo? 
- Señora, hay tres razones:

1-La primera es que yo plancho la ropa mejor que usted. 
- ¿Quién te ha dicho que planchas mejor que yo? 
- Su esposo, señora.  
  2- La segunda razón es que yo cocino mejor que usted. 
- Eso es puro cuento, ¿quién te ha dicho que cocinas mejor que yo? 
- También su esposo, señora. 
  3-Y la tercera razón, y la más importante, es que yo soy mejor que usted en la cama. 

Al oírlo, la señora, completamente descompuesta y gritando le pregunta a la empleada: 
- ¿Mi esposo te ha dicho eso? 
- No, señora ... me lo ha dicho el jardinero. 
 
LA SEÑORA DE INMEDIATO LE AUMENTÓ EL SUELDO